El turismo ha demostrado con creces su contribución a la economía de un país y a nivel mundial. Ha demostrado también ser un
vehículo para la promoción de la paz y el entendimiento entre naciones, gracias a la positiva transformación que experimenta una
persona cuando viaja. Esto, en particular, durante sus viajes internacionales, ya que desarrolla una mayor tolerancia y entendimiento
hacia otras culturas.
Los países (Tanto sector público como privado) están cada vez mas y mas implicados en entregar una experiencia enriquecedora a los
turistas, así como también en distribuir las utilidades y desarrollar una mentalidad emprendedora en las comunidades locales. Sin
embargo, los mecanismos de protección hacia el turista siguen estando extremadamente inclinados a su protección solo como
consumidor, mientras que su protección como individuo no es aún una prioridad.
El derecho universal al turismo (Art.24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) es hoy una de las grandes tareas pendientes
del sector turismo.
Al respecto, se pueden mencionar varios ejemplos:
No muchos destinos, ni empresas turísticas, ofrecen un acceso universal a las cuatro familias de discapacidad: motriz, visual, auditiva y
mental. Asimismo, no todos los gobiernos han puesto en marcha programas que permitan viajar a personas en condición de
vulnerabilidad económica. Existe aún desigualdad salarial en el Sector según el género (No equal payment for equal work). Y en
muchas ocasiones, existe una falta de consideración de elementos claves, como la diversidad cultural, religiosa e idiomática del turista
internacional, a la hora de desarrollar las Políticas Públicas Nacionales de Turismo. Lo que lleva consigo la falta de adaptación de los
diferentes prestadores de servicios turísticos a las particularidades del turista internacional.
¿Pero qué pasaría si el sector turismo, comienza a dedicarle mas esfuerzos a conocer al turista internacional desde una perspectiva
mas humana? ¿Intentando responder a sus necesidades como ser humano con el mismo grado de importancia que respecto de
aquellas como consumidor?
Estoy segura de que si los países hiciesen suya esta perspectiva y formularan estrategias acordes, aumentaría la lealtad del turista,
tanto nacional como internacional, y se convertirían en destinos aún mas competitivos a nivel internacional.
Después de todo, si un turista tiene problemas como consumidor, probablemente cambie de prestador de servicios, pero
continuará en el país. Sin embargo, si experimenta vulneraciones de sus derechos como individuo, nunca mas volverá a dicho
país.